La carrera de Project Manager exige mucho esfuerzo, sentido de la responsabilidad y preparación para afrontar los riesgos asociados al éxito de la planificación y la ejecución de un proyecto. Se trata de una profesión que requiere mucha dedicación, pero que a la vez puede resultar muy gratificante y ofrecer muchas oportunidades de crecimiento, a nivel tanto profesional como personal. Si alguna vez te has preguntado si estás hecho para ello, a continuación te explicamos 6 características del entorno de la gestión de proyectos que te ayudarán a saber si tienes todo lo que se necesita para ser Project Manager.
1. El trabajo en equipo es la base de todo proyecto
Si cuando te dicen que un proyecto es como una máquina compuesta por muchos engranajes te imaginas un ejército de Minions trabajando a un ritmo frenético, no andas tan equivocado. El Project Management se fundamenta en un sistema de trabajo multifacético y colaborativo en el que participan personas de campos profesionales muy distintos con objetivos compartidos. Esto obliga a la persona que esté al frente del proyecto a lidiar con sensibilidades muy diferentes, algo que solo es posible si es altamente comunicativa y desarrolla cierto sentido de la empatía. Coordinar un equipo de trabajo implica también poseer grandes aptitudes de organización y liderazgo.
2. La presión y los altos ritmos de trabajo son el pan de cada día
El día a día de la gestión de proyectos se caracteriza por un elevado ritmo de trabajo donde los plazos y las prioridades suelen entrar en conflicto. El reducido margen de maniobra para la toma de decisiones, sumado a la presión propia de un trabajo que requiere la permanente supervisión de clientes e inversores, hacen que el estrés sea una constante en esta profesión. Esto no significa que los gestores de proyectos pongan en peligro su propio estado de salud, pero sí deben estar preparados, como es lógico, para canalizar la tensión y el estrés que suelen producir estas situaciones.
3. Los dilemas se presentan sin avisar
Como se ha dicho, el ritmo de trabajo obliga a tomar decisiones de manera rápida. Los imprevistos pueden coger por sorpresa a más de uno, de manera que el Project Management ha desarrollado metodologías ágiles que se adaptan mejor a los cambios y ofrecen una mayor capacidad de reacción ante posibles imprevistos. Por ello, el perfil de un Project Manager debe ser el de una persona pragmática y resolutiva ante los constantes dilemas que se le pueden cruzar por el camino. Para ver si cumples con dicho perfil, puedes recurrir al indicador Myers-Briggs, un test de personalidad que te permitirá conocer mejor cuáles son tus preferencias reales ante determinadas situaciones y podrás saber si eres una persona lo suficientemente extrovertida, analítica y organizada para ser Project Manager.
4. Se convive con la incertidumbre
Si eres de esas personas que evitan el riesgo y prefieren no abandonar la zona de confort, no tienes todo lo que se necesita para ser Project Manager. Te hemos explicado que la gestión de proyectos se desarrolla en entornos muy dinámicos y cambiantes. Eso significa que la incertidumbre está siempre al acecho y debes estar dispuesto a convivir con ella, gestionando los recursos, los plazos, los resultados y las prioridades para garantizar que tus proyectos se adapten a la estrategia de negocio. Si no eres amante de la rutina y muestras flexibilidad en tu vida personal, probablemente podrás adaptarte con más facilidad a la naturaleza de esta profesión.
5. La gestión del tiempo es muy estricta
El cumplimiento de los objetivos va siempre asociado a los múltiples timings de entrega en que se divide un proyecto. El Project Manager debe ser capaz de priorizar y administrar estos plazos de forma efectiva, lo cual exige un juego de equilibrios entre los recursos humanos y financieros sin perder nunca de vista la calidad del producto o servicio. Lo más seguro es que los plazos del proyecto necesiten ser constantemente reevaluados e incluso modificados, buscando siempre la aprobación del cliente. Puede que la optimización del tiempo también obligue a sobrepasar los horarios habituales de una jornada laboral, por lo que si un gestor de proyectos no está acostumbrado a trabajar bajo presión, es probable que acabe teniendo un problema de agotamiento.
6. Los conflictos pueden ser algo habitual
Uno de los hándicaps del trabajo en equipo es que puede existir divergencia de sensibilidades, opiniones y maneras de hacer. Algo que, por otro lado, es totalmente normal y lógico si tenemos en cuenta que la biología nos hace a todos diferentes. En el entorno del Project Management suelen darse conflictos tanto de carácter externo como interno, ocasionados por motivos de personalidad o por la propia presión del trabajo. Si no se gestionan bien y no se minimizan, los conflictos pueden agrandarse hasta hacer descarrilar un proyecto. Por eso, un buen gestor de proyectos debería tener una buena predisposición a arbitrar este tipo de situaciones. Para ello no hace falta que seas un experto en la gestión de conflictos, pero con voluntad de entendimiento, comunicación y capacidad para dejar los prejuicios a un lado puedes aprender a resolverlos de manera eficaz. En este artículo te damos algunas claves que te ayudarán a afrontarlos de forma exitosa.
Ya tienes algunas pistas más para saber si tienes todo lo que se necesita para ser Project Manager. Si quieres hacer tu aportación, ahora solo falta que nos demuestres si tienes todo lo que se necesita para hacer un buen comentario.