Qué hacer cuando tienes un mal día: 7 maneras de remontarlo

En ocasiones, cualquier pequeño gesto puede hacer que nos sintamos frustrados. Una discusión tonta por la mañana, perder el autobús, no encontrar las llaves del coche cuando vamos a salir de casa, que se nos caiga el café mientras desayunamos, que no llegue ese mail que necesitas para continuar el proyecto que tienes entre manos… Situaciones que irremediablemente consiguen que comencemos el día un poco enfadados con el mundo.

Todos podemos tener un mal día. No pasa nada. Somos humanos. Tenemos derecho a enfurruñarnos. Pero, cuidado, lo importante es no quedarse estancado en ese sentimiento de enojo y tristeza, volver a sonreír y remontar la jornada con más energía si cabe. ¿Cómo conseguirlo? Hoy te traigo 7 soluciones que te van a ayudar a superar ese mal día que parece que quiere terminar con nuestra alegría. No le dejes. Recuerda que ser feliz es una decisión.

1. Identifica el problema

Cuanto antes descubras cuál es el motivo de tu mal humor más sencillo será ponerle remedio. Identifica por qué te sientes enfadado, frustrado o triste y ponle nombre concreto, es decir, no basta con pensar “me siento mal” sino que debes ser capaz de enunciar: “Me siento molesto porque tenía que terminar este proyecto y por perder el autobús he perdido un tiempo muy valioso”. Saber la razón exacta de tu infelicidad te da algo sobre lo que trabajar para superarla.

2. Muestra agradecimiento

Para remontar un mal día debes centrarte en todo lo positivo que te rodea. Que seguro que es mucho. Da las gracias por todo ello, por tener un trabajo que te gusta, por cenar esa noche tu comida preferida o por poder irte con tu pareja el fin de semana de escapada. Esta actitud de agradecimiento alivia enormemente la sensación de estrés y de enfado; es complicado mostrarse deprimido y agradecido al mismo tiempo, ¿no te parece? Piensa en tres cosas increíbles que te están sucediendo ahora y escríbelas. Seguro que la perspectiva sobre tu mal día (si ha llegado por un problema, digamos, menor) cambia por completo cuando valoras lo que tienes.

3. Modifica tu rutina

Vale. Tienes un mal día. Te has levantado con el pie izquierdo, estás molesto y te sientes desgraciado. Quedarte sentado, resoplando, quejándote, malhumorado, no te va a servir de nada. Un cambio de escenario se convierte en una señal que le dice a tu cerebro que no puede mantenerse en ese estado de ánimo por más tiempo. Sal a dar un paseo o cambia de sitio durante el rato que puedas, siempre que te sea posible. Escucha tu música preferida. Y desde tu nueva perspectiva física respira profundamente.

4. Actúa

Nada cambia si tú no actúas. Tienes que pasar a la acción. Comienza por transformar tus pensamientos negativos en otros positivos; ya sabes que lo positivo atrae lo positivo (y viceversa). Así que nada de estancarse en frases derrotistas y pesimistas que solamente te ayudarán a que te sientas más infeliz. También puedes realizar una acción que suponga un beneficio para alguien cercano a ti como, por ejemplo, enviar un mail para dar las gracias a otra persona o la enhorabuena por un trabajo bien hecho.

Ante un mal día, toma una actitud positiva y sonríe. Nada cambia si tú no cambias. Clic para tuitear

5. No te victimices

Tranquilo. No todo lo malo te sucede a ti. Ese pensamiento únicamente hará que entres en un extraño bucle de negatividad del que será complicado salir. Está claro que en cualquier momento, y a veces por casi cualquier cosa, nuestro día puede convertirse en un mal día. Sal un poco del plano en el que te encuentras y mira la escena con cierta perspectiva. ¿Es realmente tan malo lo que te ocurre? Y si crees que lo es, piensa que es solo un día dentro de tu carrera, o dentro del proyecto que estás haciendo. Siempre amanece.

6. Relativiza

Resetea las expectativas que tenías para la jornada, baja el listón y sé más realista. Relativiza. Cuando vemos que algo va mal, o no como nos gustaría, somos expertos en torturarnos cada vez un poco más y toda nuestra atención se centra en eso que está yendo mal. Y, como decíamos antes, tienes que poner el foco, precisamente, en todo lo bueno que te rodea. Y nada de pronosticar que si algo está yendo mal seguro que va peor. No somos adivinos. De tu actitud depende, en gran medida, que realmente todo vaya mejor.

7. Respira

En muchas ocasiones nuestros pensamientos negativos lo acaparan todo. No nos dejan espacio ni para respirar profundamente, algo que te ayuda a relajarte y a tomar conciencia del momento presente. Cuando te sientas malhumorado o frustrado, para un momento y respira profundamente. Esto te ayudará a calmar tu ruido mental y a frenar esos pensamientos negativos que llenan tu mente.

Como ves, hay formas de remontar un mal día. Elige ser feliz y serás más productivo, te encontrarás mejor físicamente y contagiarás a los demás tu actitud positiva. Porque las emociones negativas se extienden rápidamente y lo pueden llegar a inundar todo, pero prueba con las positivas: todavía generan una cadena más bonita de sensaciones entre los que te rodean.

¿Qué es lo que haces tú para afrontar un mal día? ¿Crees que podrías poner más de tu parte para que fuese mejor? Desahogarse también ayuda a tomar conciencia y perspectiva, así que te esperamos en nuestros comentarios. ¡Ante todo, mucha actitud!