Cuando se trata de emprender parece que todo gira entorno a un genio que ha dado a luz una gran idea. Sin embargo, este concepto sólo existe en la mente de su creador. Para darle vida se necesita un equipo de personas multidisciplinar capaz de comprender la idea, desarrollarla y trabajar individual y conjuntamente para ejecutarla. Y esto sólo se consigue si hay un gran líder detrás capaz de orquestar cada una de las acciones a pesar del estrés, la presión y las fechas de entrega ajustadas.
Ser un gran líder no es fácil, pero tampoco es imposible. Aquí tienes una lista de las cualidades que debes poseer – o pulir – para convertirte en uno de ellos y conseguir gestionar con éxito la labor de tu equipo.
Sé fiel a tu visión
Tu visión no es un sueño – los sueños rara vez se cumplen – es una nueva realidad que vas a crear. Para alcanzar tu visión debes dirigir todos los esfuerzos de tu equipo en esa dirección. Si te mantienes fiel a tu visión, el rumbo de tu proyecto estará claro.
Para involucrar a los miembros de tu equipo debes ser capaz de mantener tu visión siempre presente en cada pequeña acción, esto hará que esa visión se convierta en un sueño y objetivo compartido por todos y cada uno de ellos.
Delega, delega y delega
Acéptalo, no puedes hacerlo todo tú solo.
Delegar no significa que otro haga el trabajo por ti, sino compartir responsabilidades y aceptar las consecuencias – tanto positivas, como negativas – de que otro miembro del equipo tome decisiones. Para delegar tareas de forma efectiva, es primordial la confianza en los miembros del equipo, solo de esta manera desarrollarán el trabajo de forma autónoma y creativa.
Proporcionar nuevas responsabilidades a tu equipo hace que se sientan respetados y capaces, al mismo tiempo que permites que evolucionen profesionalmente a través de la adquisición de nuevas habilidades.
Recuerda que cuando delegas debes mostrarte con ánimo de ayudar y enseñar a tu equipo aquello que no sabe para que en un futuro puedan desarrollarlo sin tu supervisión.
Comunícate con tu equipo
Ser capaz de compartir tus pensamientos de una forma clara y ordenada con otra persona es más difícil de lo que parece. Una de las cualidades de un gran líder es su habilidad comunicativa.
La comunicación es un proceso bidireccional en el que tanto emisor como receptor toman parte. Adáptate al lenguaje de tu receptor, sé claro, qué digo, cristalino, cuando expreses los objetivos del proyecto y delegues tareas. No hay nada peor que no entender qué te están pidiendo.
Escucha a tu equipo siempre. La falta de comunicación dificulta los procesos de trabajo y retrasa los proyectos. La buena comunicación es clave para gestionar con éxito un equipo y lograr los objetivos a tiempo.
Genera confianza
La confianza es indispensable para que tu equipo te siga.
Ganarse la confianza de los miembros de tu equipo no es fácil, implica transparencia, sinceridad, humildad, comprensión y respeto.
La mejor forma de ganarte su confianza es cumpliendo con tu palabra, respetando su horario de trabajo y agradeciendo favores. Entiende que todos tenemos límites y necesitamos un descanso de vez en cuando. No presiones más de la cuenta, pero tampoco te relajes.
Con confianza generarás un ambiente de trabajo transparente, beneficioso para todos los miembros de tu equipo que repercutirá positivamente en el ánimo y la productividad del equipo.
Mantén el foco de tu proyecto
Gestionar un proyecto puede llegar a ser un dolor de cabeza, sobre todo cuando no eres experto en algunas de las áreas para la ejecución de la idea. El desconocimiento y la inseguridad te llevarán a consultar con otros empresarios acerca de su experiencia. Pero la realidad es que lo que compartan contigo es lo que les ha funcionado en su proyecto para la consecución de sus objetivos.
No repliques las estrategias de otros ya que no están pensadas para tu proyecto y objetivos; en su lugar, inspírate en cómo lo han hecho y adapta o modifica tus acciones para lograr tus objetivos.
Mantente fiel a tus objetivos y ve a por ellos.
Asume tus limitaciones
Asúmelo, no lo sabes todo y nunca lo sabrás. Aceptar esta premisa no es sinónimo de pérdida de autoridad, es sinónimo de humanidad.
Si hay algo que no sabes, no te avergüences, investiga y aprende. Sólo así podrás exigir a tu equipo el desarrollo y cumplimiento de objetivos desde una perspectiva realista.
Sé uno más del equipo
Cualquier relación humana implica que alguna de las partes ceda en un momento determinado.
Como líder no puedes exigir a tu equipo que sacrifique un fin de semana o un día festivo en pro de la empresa si tú no lo haces. Demuéstrales que estás al pie del cañón y que trabajas tan duro como ellos para que el proyecto salga adelante. Solo de esta manera te ganarás su respeto y confianza.
Deja de lado la figura autoritaria del líder que sólo da órdenes y forma parte activa en la ejecución de la idea.
Aprende de los errores
Muchos líderes interpretan erróneamente un resultado equivocado como un trabajo mal hecho, cuando la realidad es que de esa experiencia aprendes qué es lo que no funciona. Información muy valiosa para mejorar un proceso, producto o acción; incluso para conocer mejor a tu público o redirigir tu estrategia.
Aprende de los errores y enfréntate a los resultados menos satisfactorios con una actitud positiva; recibe con los brazos abiertos ese nuevo reto que te plantean.
Sé creativo
Por creatividad me refiero a la capacidad de encontrar nuevas soluciones a los problemas.
Navegar en la experiencia propia y ajena está muy bien para entender el contexto global y marcar un punto de partida para alcanzar la solución, pero no te va a dar la respuesta a ese problema. Es en momentos tan críticos como este que debes poner en marcha tu creatividad y desarrollar una solución alternativa, novedosa y eficiente que responda a los objetivos de tu empresa y tu equipo.
Desarrolla tu sexto sentido
La característica principal de una start up es que crece en un entorno fluido e incierto donde se gestionan los cambios y mejoras en tiempo real. Un terreno pantanoso para la toma de decisiones, sobre todo cuando no hay una red de seguridad que os salve a ti y a tu equipo.
En muchas ocasiones te encontrarás frente a una encrucijada en la que deberás tomar una decisión sin la información necesaria para tener la “seguridad” de que estás haciendo lo correcto. No entres en pánico, saca tu lado femenino y usa la intuición. Confía en ti mismo y escucha a tu instinto.
Mantén la moral de tu equipo alta
Cuando los resultados tardan en aparecer es más que probable que tu equipo empiece a sentir que está perdiendo el tiempo o sienta frustración. Tu objetivo como líder es manejar las expectativas de tu equipo. Hacerles saber que el éxito está al llegar y acercarles tu visión del proyecto, los avances que tienes pensados y el papel que ellos juegan en la empresa para el desarrollo y consecución de esos resultados y perspectivas de futuro. Hazles saber que cada pequeño paso cuenta y que estáis en el buen camino.
Mantener la moral de tu equipo alta es primordial para mejorar el entusiasmo en sus actividades diarias e involucrarse con el proyecto a nivel personal y profesional a largo plazo.
Lee a las personas
Liderar un equipo es las tarea más difícil que existe ya que tienes que trabajar con personas. Seres similares pero distintos a los que les afecta el entorno y que gestionan las emociones cada uno en su forma particular.
Hay personas que trabajan bien bajo presión, otras que buscan reconocimiento por el trabajo bien hecho e incluso algunas que detestan trabajar directamente con el cliente.
Tu tarea como líder es tener la habilidad de detectar las motivaciones y miedos de cada uno de tus miembros para asignarles las tareas y proyectos que mejor se ajustan a su perfil y así sacarles lo mejor en cada momento.
¿Estás gestionando a un equipo? ¿Consideras que hay otras cualidades de un gran líder indispensables para la gestión del mismo? ¡Comparte tu experiencia con nosotros!