Creo que a todos nos ha pasado alguna vez. Es esa sensación de pánico que se apodera de nosotros cuando acabas de dar a la tecla de “enviar” y ese correo electrónico abandona la bandeja de salida, un correo que quizá no deberíamos haber escrito, o no de esa manera…
Todos tenemos en mente ese mail que enviamos mal redactado, a un destinatario erróneo, con las copias visibles cuando deberían estar ocultas o con un error ortográfico o de contexto que ya era tarde corregir porque había sido lanzado. Un escalofrío nos sacude al recordarlo. Y es que las repercusiones de enviar un correo electrónico con algún error o a horas intempestivas pueden afectar a nuestra carrera profesional.
Recuerda que en este universo digital en el que vivimos estamos casi permanentemente juzgados por la persona que se encuentra al otro lado de la pantalla. Muchas veces, ese correo electrónico es la única forma de comunicación que tenemos con un cliente o proveedor. Un mail con errores ortográficos, con un tono impaciente, irónico o sarcástico puede proyectar una imagen profesional negativa.
Por eso no suele ser buena idea enviar un correo a altas horas de la madrugada, cuando nuestros reflejos están un poco aletargados y nuestra mente y nuestro cuerpo acumulan un cansancio que hace más probable que cometamos esas erratas. Y si estás de mal humor, inconscientemente o no quedará relajado en tu forma de redactar.
Si en algún momento, por el motivo que sea, te sientes obligado a contestar a un mensaje tarde, por la noche, ten estas recomendaciones siempre en mente. Conseguirás evitar errores al enviar el correo electrónico y lo agradecerás por la mañana.
1. Espera al día siguiente
En ocasiones, el retraso en un envío puede convertirse en el mayor enemigo de un profesional. Sin embargo, a veces te pueda salvar el pellejo si estás pensando escribir a tu cliente a altas horas de la noche. Hazte esta pregunta: “¿Puede esperar hasta mañana?” Te aseguro que en el 99% de los casos es totalmente viable.
2. Redacta un borrador
Con la luz de un nuevo día todo se ve diferente. Hasta un correo electrónico. Si sientes la imperiosa necesidad de ponerte a escribir de madrugada, siéntate frente al ordenador y redacta un borrador de ese correo. Revisa la ortografía y la gramática y vuelve a la cama. Por la mañana echa un vistazo a lo que has escrito la noche anterior y muy probablemente todavía encuentres errores o aprecies un tono desacertado en el mismo. Y si era un correo con el que necesitabas desahogarte o hacer una crítica, puede que ya ni siquiera necesites enviarlo…
3. Pide una segunda opinión
Tu pareja, tu mejor amigo o tu compañero de piso. Es fácil que tengas cerca una persona de confianza a la que puedas pedir una segunda opinión. Si lo que estás escribiendo involucra tus emociones puede parecerte totalmente racional y, sin embargo, no ser así cuando lo lee alguien ajeno al tema. Enseña ese mail, pregunta si lo que vas a hacer es realmente una buena idea y te dirán con honestidad si debes dar al botón de enviar o tirarlo a la papelera.
¿Escribiendo un correo electrónico de madrugada? Piénsalo dos veces. Al día siguiente lo agradecerás. Clic para tuitear4. Establece un toque de queda para el ordenador
Si ya sabes que la noche te vuelve vulnerable a la hora de tomar decisiones establece un tiempo para cortar todo tipo de comunicación digital. Por ejemplo, a partir de las 20.30 no consultes tu bandeja de entrada ni envíes textos que tengan que ver con tu trabajo. Recuerda que todo puede esperar al día siguiente. Este apagón electrónico también te puede salvar de leer un correo destructivo por parte de otra persona, y estarás ganando una noche serena de descanso.
5. Sigue tu instinto
Cuando todo está fallando alrededor sólo hay una cosa que te puede salvar: tu voz interior, tus sensaciones. Ese instinto que te pone en guardia y te ayuda a salir airoso de una situación de conflicto. Seguramente te estará diciendo que es un poco raro estar respondiendo a un mail a altas horas de la madrugada. Hazle caso.
Seguro que alguna vez has enviado un email cuando y como no debías, pero de todo se aprende. ¿Cuáles son esas estrategias que sigues para evitar errores al enviar un correo electrónico? Si te apetece hacer alguna aportación, esperamos tus comentarios.