Seguro que a estas alturas ya has realizado algún que otro test de personalidad o productividad en tu empresa o en internet.
Aunque algunos son escépticos, lo cierto es que de este tipo de actividades se puede aprender mucho de uno mismo y de los demás. Ten en cuenta que trabajas con más gente y cada una de estas personas tiene una forma propia de gestionar el tiempo, los proyectos y las tareas.
El test de personalidad más popular del momento está basado en el libro Work Simply de Carson Tate. Tras años de investigación, Carson ha desarrollado una herramienta para evaluar cuál es tu estilo personal de productividad. ¿Quieres saberlo? Presta atención a sus 4 perfiles, ¿serás capaz de encontrar el tuyo?
El planificador
El planificador es el miembro del equipo que destaca por ser organizado, ordenado, planificado y orientado al detalle. A este tipo le encanta sumergirse en los pormenores del proyecto y disfruta utilizando calendarios y herramientas de gestión de proyectos.
Un perfil muy técnico en el que la espontaneidad y la flexibilidad brillan por su ausencia y que a veces le impide detectar oportunidades o pasar por alto los aspectos creativos del proyecto.
Si eres un planificador quizás te sorprendas añadiendo a tu lista de tareas todas las actividades que ya han sido completadas tan solo por el placer de eliminarlas de la lista y dejar constancia de lo que has avanzado.
Los planificadores son un elemento clave para asegurar el progreso de los planes de acción y cumplir con las fechas de entrega – les encanta ir directos al grano. Por ello detestan las reuniones que carecen de un objetivo o mensaje claro, las consideran una pérdida de tiempo.
En cuanto a su forma de comunicarse por email, son concisos y suelen detallar los siguientes pasos a seguir mediante listas.
Cómo contribuye un planificador a tu equipo:
- Aseguran la acción gracias a su orientación a objetivos.
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Contribuyen a la mejora de planes y procesos de actuación gracias a su orientación al detalle y su habilidad para detectar fallos o imperfecciones.
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Controlan y actualizan la memoria del proyecto.
El priorizador
El priorizador gravita entre el pensamiento lógico, analítico, crítico y realista. Basa todas sus acciones en hechos. Al priorizador le encanta mejorar su eficiencia calculando cuánto tiempo le va a llevar completar una determinada tarea y planear su desarrollo en días y semanas.
Como priorizador nunca te encontrarás con una tarea que no hayas programado con antelación o a la que no puedas destinar toda tu atención. Aborreces las conversaciones de convención social y no te gusta demasiado compartir información personal con los miembros de tu equipo. Sueles ser muy escueto en tus comunicaciones por email, comunicando lo justo y necesario en pocas palabras o frases.
Cómo contribuye un priorizador a tu equipo:
- Análisis de datos.
- Pensamiento crítico y solución de problemas.
- Orientación a objetivos, decisión y consistencia.
El aliado
El aliado se inclina más hacia el soporte, la expresividad y el pensamiento emocional. Es un gran jugador en equipo y un excelente compañero con sus colegas, dispuesto a ayudar siempre que sea necesario para sacar el trabajo adelante.
El aliado es un comunicador nato que tiene la habilidad de guiar y moderar las reuniones del proyecto. A este tipo le desagrada que la gente no tenga ese toque personal en el trabajo. A los aliados les encanta hablar, contar historias, el contacto visual, expresar sus preocupaciones y hacer preguntas sobre el proyecto y las tareas propias y ajenas.
Si tienes un estilo de aliado, demuestras cierta predilección para comunicarte online y cuando escribes emails tienes tendencia a añadir a varias personas en copia conforme para asegurarte de que todos están informados y nadie pierde el hilo de la conversación.
Cómo contribuye un aliado a tu equipo:
- Anticipándose a las reacciones de otros miembros del equipo.
- Facilitando y conduciendo la interacción dentro del equipo de trabajo.
- Persuadiendo y vendiendo ideas.
El visualizador
El visualizador opta por un pensamiento más holístico, intuitivo, integrador y sintético. Este tipo funciona muy bien bajo presión y se aburre con facilidad si no gestiona múltiples proyectos al mismo tiempo.
Si eres visualizador, te centras en el panorama general y los conceptos más amplios. Esto te puede jugar malas pasadas obviando detalles o haciendo que te pierdas valorando ciertas posibilidades en vez de seguir el protocolo.
Tu espontaneidad excesiva y tu impulsividad son una fuente de ideas maravillosa, pero también un riesgo para el desarrollo del proyecto según el plan establecido.
Posiblemente no hayas visto la superficie de tu escritorio en años y tus email sean largos, llenos de conceptos e ideas.
Cómo contribuye un visualizador a tu equipo:
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Innovación, convirtiéndose en un catalizador para el cambio.
- Solución de problemas mediante la creatividad.
- Habilidad para adelantarse a los hechos, reconocer nuevas oportunidades e integrar ideas y conceptos.
¿Ya has descubierto cuál es tu estilo personal de productividad?
Si no eres capaz de verte reflejado exclusivamente en uno, no te preocupes, lo normal es tener un poco de cada perfil.
Recuerda que eres una persona y esto te hace único por definición, y no lo digo solo yo, también Carson Tate, quien te anima a entender estos arquetipos como una referencia para comprender tus habilidades productivas. Así que no te agobies si crees que tienes un pedacito de cada perfil.
Tomando como referencia cada uno de estos perfiles, Tate te recomienda programas, herramientas y fuentes de información que te ayudarán a sacar el máximo partido de tus habilidades y mejorar tu productividad de forma natural, acorde con tu estilo de trabajo.
No olvides que estas herramientas son orientativas. Así que no te limites a utilizar únicamente aquellas que Tate aconseja para un perfil determinado. Prueba varias y crea tu propia caja de herramientas de productividad personal con sus recomendaciones. Se trata de encontrar aquellas que mejor se adaptan a ti y tu forma de trabajar, eso es lo más importante.
Como ves no existe la talla única cuando se trata de mejorar la productividad. En su lugar, se necesita una aproximación personal que contemple estrategias de trabajo que se alineen con los estilos cognitivos de cada miembro del equipo y les ayuden poniendo el foco en sus fortalezas y preferencias individuales.
Y tú, ¿has realizado últimamente algún test de evaluación? ¿Qué has aprendido de los resultados? ¡Compártelo en los comentarios!