Cómo lograr el equilibrio en tu día a día sin renunciar a la productividad

Trabajar sin descanso no es beneficioso, contrariamente, no disponer de un minuto para relajarte y desconectar perjudica seriamente tu salud: provoca estrés, cansancio y disminuye drásticamente la productividad.

Para evitar este desgaste tan negativo, tanto para ti como para tu empresa, es imprescindible que intentes lograr el equilibrio entre trabajo y vida personal. Si eres capaz de dedicar unos minutos al día a tus aficiones, amigos o a desconectar, no solo le estarás haciendo un favor a tu salud y calidad de vida, también a tu empresa.

Son muchas las ventajas del equilibrio entre vida laboral y vida personal. Está comprobado que los empleados que disfrutan de esta harmonía son más felices, están más motivados y perciben de forma positiva su empleo y a su empresa; aspectos que son clave para el rendimiento en el trabajo.

Aunque para algunos sea inconcebible la disociación tiempo – productividad, trabajar más horas sin descanso solo te convierte en un zombie de la oficina.

Por sorprendente que te parezca, la fórmula secreta para ser más productivo reside en estructurar tu semana laboral para gestionar tanto tus tareas en el trabajo, como disfrutar de tu tiempo libre. Una simetría que se verá reflejada en tu salud y tu estado de ánimo repercutiendo, en última instancia, en tu eficiencia a la hora de trabajar.

La fórmula secreta para la productividad reside en el equilibrio entre vida laboral y vida personal. Clic para tuitear

Hoy te comparto algunos trucos y consejos para lograr el equilibrio en tu día a día entre vida personal y vida laboral sin renunciar a la productividad. ¡Empieza hoy mismo a mejorar tu calidad de vida y tu rendimiento en el trabajo!

1.Organiza tu tiempo libre

Muchas veces le echamos la culpa a la falta de tiempo para realizar actividades, cuando casi siempre depende de una buena planificación.

Haz una lista con todas las cosas que te gustaría hacer que no haces, normalmente son las mismas: pasar más tiempo con tu familia, pareja o amigos; hacer más ejercicio; ponerte al día con el curso online; aprender inglés o incluso acudir a una cita médica. Cuando la tengas, intenta buscar un hueco para realizarlas en tu agenda. Prográmalas y hazlas.

2. Crea copias impresas de tus listas de tareas

Aunque tengas una aplicación fantástica en el ordenador para gestionar tus tareas, nunca está de más tener una copia impresa de tu plan diario; una forma muy efectiva de resolver todas tus responsabilidades sin distracciones.

Aunque no te lo creas, las listas de tareas almacenadas en tu ordenador o teléfono pueden ser un foco de distracciones. Por ejemplo, encender tu teléfono para hacer check en una tarea implica ver todas las alertas de correos entrantes, mensajes de WhatsApp, redes sociales o llamadas perdidas y lo que eran 2 segundos, se acaba convirtiendo en 30 minutos de tiempo perdido que deberás recuperar en la oficina en vez de disfrutando de tu tiempo libre.

3. Evita mirar el correo a primera hora

Suena la alarma despertador del móvil y cuando te quieres dar cuenta ya estás revisando el correo y las nuevas historias de tus amigos en redes sociales. ¿Te resulta familiar?
Pierdes tu primera media hora intentando ponerte al día. Y es que la forma en que las redes sociales funcionan – 24 horas, los 7 días de la semana – nos crea un falso sentimiento de urgencia. ¿Sabes qué ocurre si no lees todos esos mensajes? Absolutamente NADA.

Aprovecha tus limitados minutos matinales para desayunar en compañía de tu familia o pareja de forma relajada, disfrutar de una buena tostada y un café calentito después de una ducha refrescante que te llene de energía. Esos mensajes seguirán ahí más tarde.

Cuando llegues al trabajo, tómate la libertad de otra hora libre de emails y empieza tu jornada laboral de forma proactiva, resolviendo tus tareas, las que tú mismo has programado.

Iniciar tu actividad mirando el correo sólo te cambiará los planes, dando prioridad a asuntos que no son tan importantes y entorpeciendo tus niveles de productividad. Solo cuando hayas terminado todo lo que debías resolver hoy, tómate el tiempo de revisar el email y darle prioridad a esos asuntos.

4. Trabaja a tu ritmo

Presta atención a tu cuerpo, tu mente y tus niveles de concentración. Seguro que ya has empezado a notar un patrón.

Para mucha gente existe un ciclo por el cual, tras 90 minutos de atención o concentración intensa en una tarea le sigue un periodo de dispersión. Esto es normal y natural. No te preocupes. Tan solo identifícalo para conocer mejor tus picos de productividad y realizar en esas horas las tareas que requieran de todas tus capacidades.

No fuerces la máquina y te exijas trabajar con la misma intensidad en tus horas bajas. En su lugar aprovecha para tomar el aire o dar un paseo para poner la circulación en marcha. Estos pequeños gestos te ayudarán a retomar tu actividad con más energía y concentración.

Traer un poco de harmonía a tu día a día no es algo egoísta, es necesario. Un estilo de vida más equilibrado te hará ser más eficiente en el trabajo, y más feliz fuera de la oficina. Gana en calidad de vida y salud. Aprovecha tu tiempo libre con los tuyos y verás cómo repercutirá de forma positiva en tu trabajo.

Ya has visto que es muy sencillo lograr el equilibrio en tu día a día; ahora te toca ponerlo en práctica y empezar a disfrutar más de tu vida y de tu trabajo.

Y tú, ¿qué otras técnicas utilizas para conseguirlo? ¡Compártelas en los comentarios!