¿Es posible aumentar tu productividad con colores?

¿Trabajas en un lugar triste y oscuro lleno de grises? ¿Crees que tu oficina es demasiado aburrida y que el tono blanco de las paredes no deja fluir tus ideas? Puede que haya llegado la hora de hacer algunos cambios.

Los colores que nos rodean tienen un gran impacto en nosotros, tanto a nivel físico como intelectual y emocional. Pueden generar sensaciones tales como enfado, confianza o alegría. Mientras que algunos son capaces de hacer salir nuestra faceta más creativa y aumentar nuestra productividad en el trabajo, otros pueden convertirse en un obstáculo para el cumplimiento de nuestros objetivos.

Colores para incrementar la productividad que inspiran y motivan

Algunos colores despiertan la creatividad e incluso ayudan a aumentar la productividad. Clic para tuitear

Según un estudio llevado a cabo por la psicóloga Angela Wright, existen cuatro colores primarios psicológicos, que influyen de forma notable en nuestras emociones. Se trata del rojo, el azul, el amarillo y el verde. Cada uno de ellos tiene un efecto en nuestra mente, en nuestro cuerpo y en nuestra alma, y en el equilibrio de los tres. Cualquier otro color y el efecto que produce no es más que la combinación de dos o más de estos colores primarios. Gracias a ellos, podemos conseguir el perfecto equilibrio en nuestro lugar de trabajo y aumentar nuestro rendimiento.

Rojo: bienestar físico

El rojo es un color estimulante que hace latir el corazón y acelera el pulso. Es un color que favorece las reacciones físicas rápidas, activando incluso el instinto de lucha o huída en momentos de peligro. Por eso, es un color perfecto para aquellas personas que no se estresan con facilidad. De lo contrario, el color rojo puede acabar resultando abrumador y convirtiéndose en un obstáculo para tu productividad. Tampoco es conveniente en espacios muy grandes, pues puede acabar resultando opresivo e irritante.

Utiliza el color rojo para aumentar tu productividad si:

Tienes un trabajo físicamente exigente: los trabajadores que requieren una gran cantidad de esfuerzo físico, como comerciantes o entrenadores personales, pueden responder bien al rojo.

Azul: concentración

El azul es un color muy relajante, ayuda a despejar nuestra mente, nos mantiene despiertos y nos ayuda a concentrarnos. Por eso, no es extraño que el azul sea uno de los colores más utilizados para decorar espacios de oficina. Pero además, es un color que favorece la comunicación.

Utiliza el color azul para aumentar tu productividad si:

Trabajas en una oficina. El azul es ideal para empresas en las que se llevan a cabo tareas y proyectos que requieren de un alto nivel de concentración y para estancias en las que se mantienen conversaciones importantes, como por ejemplo salas de reuniones o despachos. Pero hay que tener especial cuidado a la hora de incluirlo en espacios de gran tamaño, pues puede convertir la estancia en un lugar frío y vacío.

Amarillo: energía y positividad

El amarillo es un color que transmite energía e irradia positividad. Es capaz de aumentar nuestros niveles de confianza y conseguir que nuestro estado de ánimo sea el adecuado para llevar a cabo una gran cantidad de tareas en menos tiempo. Perfecto para espacios de trabajo en los que la creatividad sea un aspecto fundamental.

Utiliza el color amarillo para aumentar tu productividad si:

Necesitas inspiración. Decorar tu oficina de amarillo puede hacer que la creatividad fluya y que te sientas más optimista con respecto a las decisiones que estás tomando.

Verde: harmonía y equilibrio

El verde es el color de la harmonía y, a diferencia del rojo, no hace que forcemos la vista. Logra un equilibrio agradable con los otros colores primarios y además nos proporciona sensación de calma y tranquilidad. Es especialmente útil para profesionales que, con frecuencia, deben soportar una carga de trabajo muy elevada. Pero hay que tener cuidado, pues si se utiliza en exceso, puede hacer que la estancia sea demasiado monótona.

Utiliza el color verde para aumentar tu productividad si:

Buscas un ambiente de trabajo relajante. Si empiezas tu día haciendo yoga o practicando la meditación, el verde es tu color.

Angela Wright afirmó en una entrevista que la capacidad de un color para estimular o tranquilizar se basa en su intensidad o saturación.

Así pues, primero debemos elegir el color que va a influir sobre nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestras emociones, y después valorar cuál es el brillo que más favorecerá nuestra productividad. Una decisión que puede variar mucho de una persona a otra. Por eso, aquella intensidad de color que para nosotros nos resulta más beneficiosa no tiene por qué influir de la misma manera en nuestros compañeros de trabajo, amigos o familiares. En cualquier caso, es recomendable encontrar un punto intermedio, ni demasiado audaz ni demasiado aburrido.

Por otro lado, aunque es cierto que nuestra productividad puede verse afectada por los colores que utilicemos en nuestro lugar de trabajo, es importante tener en cuenta el tipo de actividad que realizamos. Obviamente las sensaciones que necesita una publicista en su trabajo no son las mismas que las del personal administrativo de una empresa.

Ahora que ya sabes cuáles son las emociones que transmite cada color, lo único que te queda por hacer es coger un montón de cartas de colores y divertirte eligiendo las tonalidades que te harán ser más productivo en tu trabajo.

Y tú, ¿sabías que hay colores que pueden ayudarte a mejorar la productividad? ¿Cómo está decorado tu espacio de trabajo? Nos encantaría que nos contaras la estrategia de colores que aplicas.