3 explicaciones científicas sobre la relación entre el café y la productividad laboral

Coffee and Productivity at Work

Con su aroma embriagador y el impacto que ejerce sobre nuestra capacidad de atención, el café actúa como un despertador diario que nos ayuda a ponernos en marcha. No es sorprendente que el café sea una de las bebidas más vendidas del mundo.

En un popular artículo de mayo del New York Times («Más consenso sobre las ventajas del café del que podríamos imaginar»), el profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana Aaron E. Carroll destacaba la evidencia persuasiva de que el consumo de café está asociado con la reducción de numerosos riesgos para la salud y también con una mayor longevidad.

Un número cada vez mayor de investigaciones destaca las propiedades antioxidantes del café. Se han demostrado sus efectos beneficiosos para el corazón y también contra el cáncer y el Alzheimer. Por primera vez, a comienzos de este año, el principal consejo asesor de nutrición de Estados Unidos opinó sobre el café: El Consejo Asesor para las Guías Alimentarias (Dietary Guidelines Advisory Committee) destacó que existen pocos riesgos para la salud asociados con un consumo moderado de café.

Y lo que es mejor para los amantes del café: el consejo afirma que existen “pruebas contundentes” de beneficios para la salud asociados con el consumo de café y anima a la población a consumir entre tres y cinco tazas de café al día, o hasta 400 miligramos de cafeína. Aunque cinco tazas de café puedan parecer excesivas, la mayoría de las investigaciones indican que una taza de café de unos 240 miligramos contiene 100 miligramos de cafeína. Normalmente, una taza de café pequeña servida en una cafetería tiene unos 355 miligramos, apenas 150 mg de cafeína.

Además, incluso ese pequeño café puede marcar la diferencia en una oficina: el vínculo entre café y productividad es sólido. Casi la mitad de los trabajadores de EE. UU. están de acuerdo: un 46 % afirma que su productividad se reduce si no consume café, según un estudio de empleados de CareerBuilder. Siempre que el consumo no sea excesivo hasta hacernos temblar, beber café puede aumentar la productividad en el trabajo por estos tres motivos:  

1. Nos ayuda a permanecer más alerta

La cafeína del café en realidad no nos despierta… pero detiene al principal componente del cerebro que causa somnolencia. Esta sustancia, denominada adenosina, se acumula durante el día y reduce los niveles de energía corporal, lo que a su vez aumenta la somnolencia.

Después de tomar un café por la mañana, cuando todavía podríamos sentirnos cansados por los restos de adenosina en nuestro sistema, o durante la pausa de la tarde, la cafeína bloquea los receptores de la adenosina del cerebro. Con los receptores bloqueados, el cerebro deja de sentir la somnolencia.

Al mismo tiempo, la cafeína también aumenta los niveles de energía del cerebro. Más energía supone una mejora de la memoria, de la capacidad para concentrarse y solucionar problemas y de la función cognitiva general, según un estudio sobre nutrición que revisó los resultados de las investigaciones científicas sobre la cafeína.

Por lo tanto, cuando necesitamos concentrarnos en un proyecto clave en el trabajo, podemos mejorar nuestra capacidad de concentración consumiendo café. El cerebro aumenta su capacidad de atención, lo que ayuda a realizar tareas simples o resolver los problemas más complicados del día.  

2. Hace fluir la creatividad

Algunas personas dicen que el café pone freno a la creatividad porque el estado de alerta que produce evita que la mente divague. Y, con frecuencia, una mente dispersa y soñadora conduce a un pensamiento creativo.

Sin embargo, una investigación del MIT y otros centros respalda la noción de que el café puede ayudarnos a ser más creativos, tanto individualmente como en un grupo. Sentarse juntos para tomar un café en el trabajo puede romper las barreras sociales y profesionales habituales y conducir a conversaciones más informales y desenfadadas.

Para otros, el consumo de café estimula el cerebro, limpiando las telarañas y dejando paso a un pensamiento innovador o una chispa de inspiración.

Algunas personas trabajan mejor si lo hacen desde una cafetería mientras toman su dosis de café. En ese caso, es realmente el ruido ambiental lo que mejora su creatividad, según un estudio del Journal of Consumer Research. Los niveles de sonido bajos dificultan el procesamiento de la información en el cerebro, lo que conduce a un pensamiento más abstracto y una resolución de problemas más creativa.  

3. Ayuda a aprender cosas nuevas con más rapidez

Hay una razón por la que los campus universitarios albergan tantas cafeterías. El cerebro alimentado con café trabaja horas extra para ayudarnos a aprender con más rapidez y mejora la retención de la información. Y no solo los estudiantes universitarios necesitan esta ventaja competitiva: cuando trabajamos en un entorno en el que las cosas cambian de forma continua, nunca dejamos realmente de aprender.

Un estudio de la revista PLOS One afirma que 200 miligramos de cafeína animan al cerebro a identificar palabras y frases con mayor rapidez. Los psicólogos que realizaron la investigación administraron a sujetos sanos una pastilla de cafeína o lactosa. Los que recibieron cafeína podían diferenciar con mayor rapidez si una cadena de letras formaba una palabra real o inventada.

Otro estudio en el que participaron estudiantes universitarios reveló que quienes consumían 200 miligramos de cafeína podían recordar mejor palabras de 6 listas de 15 palabras cada una. El estudio sobre nutrición mencionado anteriormente también reveló que el consumo de café mejora la memoria a corto plazo y aumenta la capacidad para resolver problemas de razonamiento.

Ya estemos estudiando para un examen o intentando aprender algo nuevo, el café puede hacer que el tiempo de aprendizaje sea más productivo.  

Pero, ¿cuánto es demasiado?

Por supuesto, cuando se trata del café, mucho puede ser demasiado. Cuando comenzamos a consumir más de cinco tazas de café al día, o 500-600 miligramos de cafeína, el cuerpo comienza a sentir los efectos del exceso de esta sustancia.

La Clínica Mayo afirma que entre los efectos secundarios de un consumo excesivo de café se incluyen irritabilidad, problemas estomacales, ritmo cardíaco acelerado, temblores musculares y problemas para descansar. Algunas personas sensibles a la cafeína comienzan a sentir estos efectos con cantidades muy inferiores de café.

Como sabrán los entusiastas del café, su consumo es adictivo y beber demasiado cerca de la hora de ir a la cama puede mantenernos despiertos toda la noche. Por supuesto, una opción para evitar los temblores causados por el café es recurrir al descafeinado. Se obtienen algunos de los beneficios del café para la salud sin esa energía nerviosa.

Sin embargo, para la mayoría, beber café con moderación se traducirá en un mejor rendimiento en el trabajo. Por tanto, toca encender la cafetera, sacar el molinillo o buscar los filtros. Es hora de tomar una buena taza de café recién hecho.   Obtén más información sobre cómo el software de colaboración empresarial de Redbooth puede aumentar tu productividad. Descubre la lista completa de funcionalidades >>